lunes, 5 de abril de 2010

Semanita (de cine) Santa: El libro de Eli

Hoy toca hablar sobre la última peli que he ido a ver al cine. Primero que nada, no te fíes de lo que escuches de gente que habla de cine por la calle. NO da buenos resultados. Pues bien, como habrán acertado a imaginar, fui recomendado por dos dudosos viandantes a ver esta peli que en principio sonaba bien, los carteles que había visto le daban un aspecto alentador, y el siempre aceptable Denzel Whasington no parecía decirme que me diera la vuelta. Así pues, le saqué a mi padre la tarjeta BP, que me regala una entrada en Cinesa y me dispuse a ir a la sesión del día del espectador (Iba acompañado y así sale mucho más barato, evidentemente). Tras cavilar y declinar Furia de Titanes entre otras (Supongo, a tenor de las críticas que he leído, que soy un tipo con relativa suerte, jajaja), compramos las entradas para El libro de Eli.
Para empezar, iba con la idea de encontrarme un mundo en ruinas (Pues se veía en los carteles) en el que se desarrollase una batalla entre el bien y el mal al nivel más épico posible, pues bien, nada de eso. Y para ir avisando, por si alguno quiere echarse atrás, a partir de aquí me propongo destripar cada minuto de película que recuerde. Cabe decir que hasta hace un rato aún estaba cayendo en cosas que pase por alto cuando la vi, así que, al menos, me ha dejado un tiempo pensando en lo que vi.
La historia comienza en “un” Estados Unidos arrasado, en un mundo arrasado por las guerras, en las que la debacle originada por el hombre terminó por destruir la atmósfera y achicharrar la superficie y a gran parte de sus habitantes, contaminar los bosques y arrasar por completo con las reservas de agua. Así pues, la población animal y vegetal se encuentra bastante mermada, así como la humana, cuyos supervivientes son casi todos nacidos tras la apoteosis. El film empieza en un bosque en el que un gato bastante desnutrido se empieza a dar un festín con el cadáver de un tipo inidentificable, pero, de repente gira bruscamente para presentarnos a un ente con una máscara de gas y un traje que parece a prueba de cañonazos, armado con un arco. Este ente lanza la flecha y ensarta al animalito (Pobre, que te había hecho, ¿eh?)… Así pues nos quedamos con esa imagen y nos lanzamos directos a la peli pues nos cambian el ambiente completamente y nos lanzan al desierto más seco que encontraron para grabar. En este árido panorama nos encontramos a Eli, que resulta ser el tipo del arco. Eli es el prototipo perfecto de antihéroe, solitario, parco en palabras y con muy mala uva, cuyo corazón siempre acaba por ablandarse. En los primeros 5 minutos de película ya había sembrado el suelo con cuatro cadáveres incluyendo amputaciones, reflejos de cobra, un gato y un manejo de las armas digno del mejor protagonista de videojuego. Y todo simplemente porque los restos de la sociedad se dividen en bandidos o personas obligadas a currar para estos para pagar el aire que toman. Desgraciadamente para nuestras primeras bajas, pertenecían al primer grupo.
La historia continua, con pasos yermos, sobre un territorio baldío digno de la epopeya de Stephen King, La Torre Oscura. Por momentos pensé en Roland caminando por el desierto tras su torre como único asidero mental (Que Gan me perdone). Así pues nos fijamos en nuestro protagonista, que tras bajar más aún las pertrechas estadísticas de población, sigue caminando hasta que encuentra una casita abandonada donde decide parar a pasar la noche. Antes que nada la casa ha de ser inspeccionada, tras ojearla sólo logra rescatar unas latas de conservas con pinta de conservar algo extinto y unas botas de un cadáver que producen la alegría y la algarabía absolutas de nuestro héroe favorito del día. Pues bien, como todos supondréis, tras la dura jornada que le ha deparado el destino, es hora de cenar. Eli prepara su especialidad, gato asado en su jugo. Tras comer, toca sacar el ipod y escuchar un poco de música antes de irse a la cama. Sí, habéis leído bien. En este mundo en ruinas, devastado completamente, nuestro protagonista tiene un ipod…
Decir de la peli que, desde el comienzo, satura con muchísimos cambios y cosas nuevas de las que no comprenderemos la mitad hasta acabarla, lo peor, tampoco cambian nada lo que nos dice la peli y resulta más bien tedioso y anodino. Sin embargo, obligado para la estructura del relato que estoy escribiendo aquí.
Así pues continúa la marcha de Eli por estos parajes, procurando meterse en los menos problemas posibles y obligándose a no intervenir ante robos y asesinatos que contempla escondido. Poco a poco los pequeños núcleos de bandidos van acabándose y alcanza, para nuestra sorpresa, un pueblo aparentemente organizado en torno a una banda que controla los manantiales que les rodean. El líder de esta banda es un libro obsesionado con los libros, y que, además busca uno en concreto… ¿Será el libro que esconde nuestro admirado Eli?
Pues bien tras enfrentarse a algunos problemillas en el pueblo, en el que Eli decide parar para comprar un cargador para el ipod (No os riais que esto va en serio) y rellenar las cantimploras, acaba “prisionero” del jefazo bandido (Llamémosle así), tras haber Eli dejado otros 5 o 6 cadáveres más por el suelo (A todo esto no llevaremos más de 25 minutos de película), si bien, el jefe quiere que se una a su sequito dadas sus súper-habilidades de lucha, y ante la negativa de nuestro idolatrado protagonista, decide invitarle a pasar la noche en una habitación vigilada. Es aquí donde vemos por primera vez bien el librito… empecé a temblar al percatarme de la cruz blanca que parecía encontrarse en su tapa… y entonces, cuando está Eli más enfrascado en su lectura… tocan a la puerta y aparece Solana, un regalito del jefe por si así le convence. Solana resulta ser la chica americana todo terreno que nos ponen en las pelis para ver si así venden un par de posters, al menos (Este no será el caso). Al aparecer ella, Eli esconde el libro sin muchas ganas la verdad para que ella lo encuentre en una más que previsible casualidad que dará origen al meollo de la trama. Así pues, tenemos a Eli, su libro, y una chica enviada a sus brazos. Esta al no verse despojada de sus ropas no sabe qué hacer y le empieza a interrogar, así pues, nuestro prota, como fiel reliquia del pasado que es, empieza a bendecir la mesa y le ofrece comer en algo nuevo para la chica (Digamos que la religión no es precisamente el “pan de cada día” de esta sociedad).
Y tenemos por fin, el momento clave. El jefazo interroga a Solana sin obtener nada sobre el libro, hasta que a ella le da por bendecir la mesa con su madre, momento en el cual el pastel queda abierto y sale de su interior la sorpresa. El libro de Eli es una biblia y el jefazo la quiere para controlar a la sociedad usándolo cual Moisés. Así pues decide matar a Eli y tomar su “arma”.
Es entonces cuando Eli huye al ver que van a por él y se produce un tiroteo en medio de la calle principal del pueblo, sumemos 5 o 6 cadáveres más, un tirito en la rodilla del jefazo y a Eli marchándose como si nada. Misteriosamente… los disparos, casi a bocajarro, lanzados sobre Eli, erraron todos.
Así que ya tenemos la idea fundamental de la película por lo que nos cuentan, pero nos falta saber algo… ¿Cómo se llego a ese mundo caótico? Fácil, aunque tardé unos rato en percatarme de ello con todas las implicaciones en la trama. Para contarnos la historia de lo acaecido es necesaria una conversación. Así que a la fuga de Eli se suma la aparición de Solana para seguir sus pasos.
Como no, ella vuelve a interrogarle sobre el libro y él le cuenta que, 30 años antes, cuando el cielo se “abrió” las religiones volcaron a la humanidad en la guerra que acabó por destruirla y que para evitar los daños todos los libros sagrados fueron destruidos. Entonces le contó como dios le habló y le dijo donde podría encontrar ese volumen, hacia donde llevarlo y le otorgó la gracia de su protección (De ahí que los disparos fallasen, ¡Qué grande eres dios por proteger a nuestro querido Eli!).
Tenemos entonces, todos los ingredientes claros, sólo queda la confrontación y el desenlace. Como supondréis, el jefazo, tras recibir un balazo prefería ser atendido, Luego eso sí, su prioridad era robar el librito. En fin, para ir ahorrando papel, este se lanza tras Eli y al final lo logran sitiar en una casa, le lanzan cohetes, disparan de todo y al final lo sacan de ahí, le disparan, dejando a Eli moribundo y logran llevarse el libro. Solana, afortunadamente logra escapar (¡Qué felices que somos todos por ella!).
Así que está vuelve tras su huida para buscar el cuerpo de Eli y no lo encuentra, así que se encamina hacia el oeste y nos encontramos a un Eli acabadísimo arrastrándose en pos de su obsesión (Volví a pensar en Roland). Solana, muy hábil, había robado un coche así que circulan por carreteras vacías en un coche que debe de tener un tanque de cien mil litros (Y más importante aún, ¿quién refina ese combustible…?) hasta que finalmente dan con una islita en la que un grupito de gente maravillosa resultan ser los agraciados que recibirán la biblia que transportaba Eli…
¡Oh dios! ¡La biblia la perdió ante el jefazo! No pasa nada, Eli se la leía a diario y se la sabe de pe a pa, así que, como los amables habitantes de la islita tienen una imprenta y están rescatando los tesoros de la literatura universal, pues empiezan a copiar a mano para poder imprimir una biblia nuevita posteriormente. Así pues nos trasladan a los momentos previos al triunfo definitivo del jefazo sobre la cerradura del librito (Pues sí, dios le puso medidas de seguridad y todo, y no se lo iba a poner fácil a los villanos). Y tras mucho forcejeo… ¿qué creéis que pasa? Pues lo obvio, que se abre y el jefazo se abalanza sobre su arma definitiva… Pero… espera, algo no está bien, no puede ser… esto… ¿está en blanco? Ostras no, hay puntitos… ¡Mecachis! ¡Está escrito en braille! Así que nos da un subidón de adrenalina al ver por primera vez a Eli sin gafas de sol y comprobar que nuestro superhéroe es ciego. Así pues el jefazo casis e saca los ojos de la frustración por un lado. Y la palabra divina termina escrita por el otro y la misión de Eli cumplida. Eso sí, debido a sus heridas, tras completarla. Eli muere. (Oh… que llantina que nos ha entrado). Y colorín colorado… ¡Ah no! ¿Y Solana? Pues bien, tras la muerte de Eli, esta tomas sus armas y se encamina hacia las tierras hostiles para entregar las enseñanzas de Eli… o eso suponemos. Y ahora sí… esta película se ha acabado.
Ya para terminar, un par de detalles que quiero destacar al percatarme de ellos más tarde. Para empezar nos hablan de las religiones como el mal y a la vez como el bien… Mensaje muy navideño… Luego, para que la peli pueda ser estrenada en más países la imagen final es la del viejito dueño de la imprenta colocando la biblia junto a los otros libros sagrados de las diferentes religiones, en plan, ahí está la llave del futuro… eso sí, ¿Por qué dios sólo le dice a Eli donde está la biblia…? Para mí que algún productor cristiano metió la pata al exigir demasiado para semana santa. Y en fin, la peli es un horror. Poco a poco va acelerando, pero en general el ritmo es muy lento. Además las constantes alusiones a la biblia, primero entre líneas y luego de manera evidente, están tan mal planteadas, primero mediante nuestro súper Eli y su habilidad para dar muerte entre otras cosas y luego entre la gran variedad de tonterías que dicen.
Bueno, ya hay demasiado escrito, y prefiero seguir en comentarios si alguien responde. Acabo con uno de los carteles de la peli.



Religión es poder... De hacer más tontos a aquellos que ceden a sus garras...
No podía marcharme sin soltarlo :P

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