sábado, 15 de mayo de 2010

"Lost" nos está dejando...

[AVISO DE SPOILERS CHIC@S!!]

Hoy seré breve. Lost nos está dejando. Antes leí en un blog una comparativa sobre el amor que se difumina y el final de la serie, un amor que se va cansando y a veces pierde todo el interés. Personalmente, no estaba de acuerdo, no al completo. Si bien creo que están errando en el cómo mostrar la resolución a los misterios de la isla, está claro que temen el final de Lost más que un encuentro con "Smocke" (qué gran apodo por parte del genio al que se le haya ocurrido).

En fin, resulta que el antepenúltimo capítulo de esta larga historia me volvió a dejar frío. Vi las líneas que intentaban abrir y no vislumbré la habilidad de 5 años antes. En fin no me convenció, aunque tampoco me disgustó todo. La única crítica al episodio fue el insulto a nuestras mentes de fieles seguidores, al plantarnos el flashback de la cueva, cuando Jack encuentra los cadáveres y las piedras negra y blanca. Todos vimos en nuestra retina cómo ambas imágenes se iban cohesionando poco a poco mientras Jacob daba mortaja a su madre adoptiva y a su némesis y hermano. Sin duda, es injusto plancharnos, seguidamente, esos segundos de secuencia. Mientras lo veía pasaban por mi mente imágenes de un terrible descarrilamiento. Además creo que erraron completamente (o acertaron, opinen) al abrir una serie de nuevas preguntas. ¿Quién era la madre de Jacob y Smocke? ¿Cómo llegó a la isla? ¿quién le dijo que la protegiera? Y..., ¿por qué? No sé si resultó un intento de unos guionistas apabullados por la labor de completar esta historia que puede (o no) estar saliéndoseles un poquito de las manos, o por el contrario, fue la reivindicación de que siguen ahí, y que a pesar de lo visto en esta temporada, aún nos depararán sorpresas. Yo prefiero quedarme con esta segunda opción.

(...)

Como leí en un blog hace un rato, Lost se nos está acabando. Se está marchando el amor, y lo está haciendo de forma fría, a veces poco sutil; bruscamente otras veces. Sin embargo, yo creo que lo importante no es cómo nos deje este amor, sino lo que se recorrió junto a él.

Tengo esperanzas para las poco más de dos horas que me quedan de la isla, no he pensado en el final. No quiero hacerlo, por temor a llegar a las desilusiones que otros han tenido. Esperaré al final, y entonces ya veré hasta dónde llegó el producto de ese tiempo juntos...


PD: El artículo en cuestión esta contenido en Espoiler, un blog afiliado al diario El País que encontraréis en la barra lateral de mis lecturas.

Por último, un vídeo divertido cuanto menos. un saludo.

domingo, 9 de mayo de 2010

Días de cine

EDIT: Dado que las imágenes de los carteles de las películas no dejan de ser removidos de sus servidores, he decidido poner los tráilers, a ver si duran más.

Bueno, tenía este post de hoy pendiente desde hace unas 2 semanas. Además, desde ese cuando, hasta ahora, han surgido pequeños aditivos para condimentar una buena tarde de crítica cinéfila.

Os presento el menú del día. De primero, para abrir boca, El hombre lobo, estrenada en Enero si mal no recuerdo, y que se vendió gratamente en cada tráiler. Luego, para continuar con nuestra degustación, Legión, que se estrenará a finales de mes en España, pero que gracias a internet lleva casi 2 meses en mi PC descargada (En inglés con subtítulos, claro). De postre, Un Ciudadano Ejemplar, que se ha estrenado este fin de semana, y que pude gozarme en el preestreno ofertado por La Caixa.


Sí, el peluche del cartel es así en la película.

Abramos boca pues. Benicio del Toro prometía desde Agosto de 2009 que la película que nos atañe, El hombre lobo, se alejaba del mito y bla, bla, bla. Vamos nos vendió que la suya, era la mejor versión lobuna del mundo mundial (Y visto que lo que se lleva ahora son los lobos culturistas y portadas de la SuperPop…). Esto me recuerda, el post subido por Deschain en The Frakkin’ Blog (http://elcajondelaropa.blogspot.com/), con una carta de una fan de los “vampiradolescentes”, acerca de la maldad por parte de la producción de la película al convertir a sus esbeltos lobos crepusculares en “eso” de la peli de del Toro. Pues bien, antes que nada. Habré de dar la razón a la chiquilla llorona. El maquillaje de la peli a veces produce lastima y otras tan solo horror ante un trabajo tan pésimo. Habrían acertado más cubriéndole con un saco de papas y escribiendo en su pecho “se supone que soy un lobo asesino”. A mí me habría asustado más. Respecto a la película, carecía de un tiempo definido (Cosa de necesitar saltar cada 10 minutos, 28 días, de luna llena a luna llena), la actuación de los protagonistas fue de lo peor que he visto caracterizar a del Toro y a Anthony Hopkins (Al que, antes de esta peli, y a tenor de títulos como El silencio de los Corderos, tenía en muy alta estima), la escenas de “acción”, y entrecomillo dado que me permitía distraerme en ellas con total impunidad pues no atraían en absoluto la atención, estaban mal grabadas, mal pensadas y mal desarrolladas. En fin para no alargar lo inalargable, intentaron hacer gore del barato y con escaso éxito, partiendo desde la idea base (Mención de honor al disparo en la cabeza del mito, cargándose todo lo místico de la licantropía). En fin, la película no es “terror”, es horror del malo.



Concluidos los entrantes, y tras librarnos de las muchas costras de sangre e intestinos desparramados que nos ofrece la película anterior, pasamos al siguiente film palomitero de la jornada. Legión se nos prometía como una vuelta de tuerca de la epopeya apocalíptica sobre el destino y la salvación de la humanidad. Para no extendernos demasiado… Aquellos que hayan visto el tráiler pueden ahorrarse la película, el dinero en verla y el tiempo consumido. En cada minuto de tráiler hay resumidos 10 de película y, tal como aparenta mi comentario, no hay absolutamente nada más que ver. Dios se ha mosqueado, y nos tira plagas, ángeles, pestes y toda las “bibliadas” que tenía a mano. Y como no, el ángel rebelde, que mantiene la fe en la humanidad (Que la vaya perdiendo, que visto el panorama…), se corta las alas y viene a salvarnos. De esta peli, además de lo pésimo de la transformación de la gente de a pie en “eso” de extremidades y bocas grandes, por irreal, sólo destaco 1 minuto o menos de secuencia en la que el arcángel Michael (Aunque aquí eran los generales de los ejércitos de Dios), se enfrenta a su homólogo Gabriel , y no por la calidad de la pelea, sino por las bonitas alas de hierro de Gabriel que cortan como cuchillas además de protegerle como un escudo perfecto (Me recordó sospechosamente a la capa de Spawn). En fin, si os aburrís mucho y despreciáis vuestro tiempo de existencia, meted una bolsa de palomitas en el microondas y ¡disponeros a perder hora y media de vida! Una última cosa, dejaron un final abierto creyéndose que lo iban a petar… En este momento de la peli me descojone. Fin del segundo plato.



Ya por último, va tocando pedir el postre. Este vino por cortesía de La Caixa (Sí, hago publicidad gratuita, pero en breve me justificaré), que me regalaron para este Martes pasado, 2 entradas al film Un Ciudadano Ejemplar. Después de 300, Gerard Butler, alias Leónidas, ha estado buscando alguna peli que no conlleve parejitas haciéndose arrumacos ante la pantalla (Y admito que con PD: Te quiero, yo lloré como una magdalena, pero me pilló en fechas sensibles). Pues bien, esta es esa peli. Antes que nada, no me gustaría revelar NADA de esta peli, pues recomiendo verla. Es, de hecho, la mejor peli que llevo vista en todo 2010 (Y seamos honestos, está siendo un año de mierda para el cine). Es una peli que lleva a extremos la lucha por un ideal, por una causa. Salvo el final, que lo cambiaría, todo está genial (Menos una ida de olla que deja al protagonista pelín endiosado). De hecho, creo que el final es como es porque, de otra forma, la gente hubiese señalado muchísimo a V de Vendetta. ¿Os preguntáis, acaso, a que viene tal alusión ahora? La peli en varios momentos plantea un juego de preguntas sobre si las cosas funcionan o no, sobre la necesidad de un cambio o no, desde la corrupción a la ceguera autoimpuesta, y así narra toda la historia de un hombre que se ata voluntariamente a una causa. Me cuesta no revelar nada, así que me pondré el límite ya, por lo que, dos cosas. Véanla, y luego, pasen por aquí y coméntenme que les ha parecido.

En fin, un saludo. Y respecto a la última peli, cuando la juzguen, dadle vueltas, personalmente el mensaje me dijo mucho, aunque quedase manío por el final que tiene, aún así, considero que mi experiencia vital me brinda atenuantes.

PD: Están preparándo un remake de El planeta de los Simios... ¡Me entran escalofríos! Más info en http://blogs.elpais.com/version-muy-original/. Ojead también el post sobre el "documental" que se lleva currando Joaquin Phoenix, nada más y nada menos, que un año. En conjunción con su cuñado Casey Affleck (Y personalmente, todo lo que contenga ese apellido me aterroriza).

Así pues, ¡hasta la próxima!

viernes, 7 de mayo de 2010

Réquiem a una sociedad

Diría que hoy es un día normal, no un día más, sino uno normal. Pero, desgraciadamente, no puedo decirlo. Es un día normal dentro de un círculo de más días normales, hoy es uno más de un ciclo de muchos más y como tal, hoy, he vuelto a sentir el desapego sobre esta especie.

Llevo unos días con la cabeza sobre una situación que pude presenciar, además, las circunstancias, en su cruel transcurrir del día a día, han ido complementando la idea que, si bien cada día mantengo (Por más o normal que sea), aún no acabo de creerme del todo… Aunque visto lo vivido, es sólo cuestión de tiempo. La sociedad está corrupta.

Pues bien, tengamos esto como punto de partida. Entrar a juzgar el estado de esta sociedad creo que queda fuera de lugar ya. Con salir a la calle, montarse en una guagua o sencillamente estar 10 minutos en hora punta escolar frente a un instituto, se sacarían muchas más conclusiones de las que yo abordaría en toda una tarde. Si bien, contaré una de esas situaciones, en uno de esos momentos, en un día quizás demasiado normal, pues desgraciadamente, lo que sigue, ya no resulta raro.

Mientras volvía de mis quehaceres matutinos, en un día que no puedo especificar con exactitud, pude ser testigo de la muestra más cruel del declive completo de esta sociedad. Todo ello, a razón de mi juicio. No me enredo más. Al pasar por una plaza, un grupo de chavales, adolescentes en plena explosión hormonal, jugueteaban a pelearse entre ellos. No hubiese significado nada para mí de no llamarme la atención un detalle. Es normal que los “pre-hombres” intenten demostrar a sus iguales su superioridad física mediante demostraciones de fuerza, mientras son jaleados por sus congéneres. ¿Si lo hacían en las tribus hace 50.000 años, porque íbamos a dejar de hacerlo ahora? Sólo se ha cambiado desde entonces la cantidad de ropa y la dureza de nuestras viviendas… El caso es, un mínimo detalle, convirtió ese día más, en ese día mayúsculamente normal, por reiterado de mi congoja. Sucedía, que el grupito jaleaba a un chaval con Síndrome de Down hacia otro chico con el mismo síndrome. Así pues, el primero atacó al segundo, que ni reaccionó en su defensa, mientras el primero le flagelaba con golpes en la cabeza, entrando en un frenesí alimentado por los vítores de sus sojuzgadores. Así pues, el primero de los chicos acribilló al segundo que claudicó huyendo un trecho, mientras el otro volvía con el grupo entre clamores. Como comprenderán, ver eso, personalmente, me afectó en lo más hondo de mi humanidad herida. Cosas así merman mi esperanza. Si bien, no es el único episodio en el que, el difícil convivir de la sociedad me subyuga. Hubo otro episodio, similar a este, hace casi un año, que me sembró exactamente las mismas terribles sensaciones. Y esto, no se cura, se acumula.

Así pues, y dejando atrás días ya pasados, me planteé hoy, por cuestiones que no vienen al caso, el por qué de la necesidad humana de fingir ante otros que todo es maravilloso cuando, claramente, resalta, por obvio, todo lo contrario. No tengo ganas ni edades para estar cargando fachadas tontas de sonrisas, cuanto más, vacuas e hipócritas, para intentar mitigar verdades a medias por mucho que algunos no quieran terminar de verlas. Si bien esto sonará raro y confuso, pero yo necesitaba decirlo, como confirmando, para mí, que es mi propio juicio aquel que vela por que siga regio en este proceder que me da forma. Acabo con una cuestión:

¿Amanece acaso, cada mañana, por normal que parezca, en un mundo cada día peor? Votemos.